Este conjunto proyectado por Knobelsdorff debía conferir a la monarquía prusiana una proyección artística y científica sin precedentes. El lugar debía estar formado por una ópera, un edificio destinado a la Academia de las Ciencias y un palacio. Al final sólo se construyó la ópera, ya que Federico II se sentía más atraído por Potsdam. Desde entonces la plaza ha experimentado numersos cambios. El último (1994) ha sido la construcción de la Versunkene Bibliothek ("biblioteca hundida"), que conmemora la quema de libros llevada a cabo en la Bebelplatz el 10 de mayo de 1933.