La opinión de la Guía Michelin
La villa Wahnfried, donde se instaló el maestro en 1874, se ha convertido en uno de los grandes lugares de culto a la memoria wagneriana. La fachada es la única parte del edificio que es de origen. Tras tres años de obras, la villa volvió a abrir sus puertas en 2015 con un espacio expositivo mayor y una museografía vanguardista, que hace la visita muy agradable y didáctica, adaptada a todos los públicos, melómanos avezados o neófitos. Al fondo del jardín, frente a la rotonda, yacen Richard y Cosima bajo una sencilla lápida.