La Rambla es sin duda el paseo por antonomasia de la ciudad. Esta larga avenida que baja hasta el mar es todo un mundo en sí misma, en el que se da cita una multitud densa y variopinta para pasear entre sus quioscos, los artistas callejeros y las terrazas. Consta de cinco tramos -de ahí que se la conozca más comúnmente como "Las Ramblas"-, cada uno con un nombre diferente y se extiende a lo largo de un kilómetro desde la plaza de Cataluña hasta el Puerto Viejo.