La opinión de la Guía Michelin
El Wat Mangkon Kamalawat merece una visita por su atmósfera tan peculiar, sin duda proporcionada por su triple confesión: taoísta, confucionista y budista. Una vez pasados los vendedores de jazmines instalados en la entrada, se verá inmerso en la gran animación que reina en el patio interior, un incesante ir y venir de monjes y fieles. En un laberinto de salas con un sofocante olor a incienso pueden verse toda una serie de budas barrigones -la tripita es un símbolo de prosperidad- con altares cargados de velas y ofrendas.