Con sus recias torres cuadradas y redonda, y un edificio principal con forma de L, el castillo de Aujac -todavía habitado- guarda el valle del Cèze desde el s. XI. A los pies de la torre redonda, una aldea medieval fortificada prosperaba bajo la protección del castillo encaramada a un espolón rocoso, en la confluencia de las regiones de Gard, Lozère y Ardèche. Un equipo de voluntarios se ha lanzado a restaurar tanto el castillo como la aldea.