La opinión de la Guía Michelin
El pequeño monasterio de Kesariani, fundado en el s. XI en las laderas del monte Himeto, es un lugar con mucho encanto: sus edificios, casi intactos, se levantan alrededor de un jardín a rebosar de flores y pájaros. La iglesia, consagrada a la Presentación de la Virgen, alberga magníficos frescos de los ss. XVI y XVII que remplazaron las pinturas originales y que constituyen un conmovedor testimonio de la vida de los monjes en el s. XVII. Las dependencias monásticas se alinean al otro lado del patio.