Aunque la fachada es neogótica, el edificio se construyó entre 1278 y 1511. Exhibe, en el flanco izquierdo, una bella portada románico-gótica. En el interior abundan las obras de arte, entre las que destacan las vidrieras de Guillermo de Marcillat (1467-1529), que trabajó en el Vaticano antes de instalarse en Arezzo. También hay un admirable fresco de Piero della Francesca que representa a la Magdalena.