Instalado a orillas del Ámstel, en un antiguo hospicio del s. XVII completamente renovado, este anexo del Museo del Hermitage de San Petersburgo acoge dos grandes exposiciones temporales que exhiben piezas procedentes de las colecciones que fueron reuniendo los monarcas rusos desde el reinado de Catalina II y que se vieron incrementadas por las confiscaciones efectuadas durante la Revolución.