Sencilla iglesia del s. XII cuyo presbiterio se remodeló a finales del s. XV. Contiene dos piezas excepcionales; la primera es el relicario de san Esteban (1189), realizado en cobre repujado y cincelado decorado con esmaltes y piedras preciosas; la segunda es la llamada dalmática de san Esteban de Muret, vestidura litúrgica de seda con motivos de oro brillante sobre fondo rojo mate, decorada con un águila bicéfala de Bizancio.