La voluntad de Napoleón III de contar con un mausoleo para la familia imperial se vio materializada en 1857 con la construcción de esta capilla presidida por una gran cúpula pintada en trampantojo por Maglioli. El templo, en piedra de Saint-Florent y de estilo neorrenacentista, alberga un hermoso Cristo copto traído por Napoleón desde Egipto para su madre. En la cripta circular descansan los restos de varios miembros de la familia, entre ellos los de Carlos María, su esposa Leticia y el cardenal Fesch, hermanastro de esta última.