La opinión de la Guía Michelin
A los pies de un abrupto acantilado coronado de casas y de terrazas de restaurantes (bonito panorama), esta laguna es un embudo de 64 m de profundidad, dimensión sorprendente dado su escaso diámetro. Los antiguos la llamaron "estanque de Artemisa" y creían que no tenía fondo; de hecho pensaban que sus aguas oscuras conducían al más allá. Desde 1870 está unida al mar por un canal, aunque en realidad está alimentada por un río subterráneo.