Los periodos en los que el asentamiento de Jarlshof estuvo poblado son fácilmente identificables y abarcan más de 3.000 años desde el segundo milenio a.C. hasta el s. XVII. Además de un pequeño museo en el que se expone el fruto de las excavaciones, el recinto propone un recorrido cronológico: restos de una aldea de la Edad de Piedra, ruinas de un broch (torre redonda) de finales de la Edad de Piedra, vestigios de viviendas vikingas y restos de una granja medieval.