En este antiguo pabellón de caza (1908) reina una atmósfera de lo más auténtica, pese a lo cual reúne todas las comodidades modernas, incluida una acogedora terraza. Los platos por su parte, actualizados y con influencias orientales, se proponen en dos tamaños a elegir. No se asuste si ve a su camarero desenvainar un sable: es para degollar la botella de champán...
- Los inspectores de la Guía MICHELIN