Primero lo primero: abre a las 11:30 de la mañana y cierra tres horas y media más tarde. Además, este popular restaurante taiwanés es tan diminuto, que las largas colas que se forman frente a sus puertas lo llenan siempre nada más abrir.
Una vez dentro, todo va rápido. La breve carta cuelga por encima de la caja registradora: échele un vistazo antes de tomar asiento. Sus tres platos estrella son la picante sopa de fideos con ternera (una de las mejores versiones de la ciudad), los fideos secos con sésamo y los callos de ternera con codillo de cerdo. La comida llega rápidamente y no necesitará pedir agua: a la mesa le traerán de inmediato una tetera y una taza de poliestireno. Todo habrá terminado en 20 minutos, pero podrá estar hablando de ello durante semanas.
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