Hablar de "prestigio" supone fijarnos en negocios como este, que vio la luz en 1882 y ha encadenado hasta cinco generaciones de la misma familia defendiendo la autenticidad de la cocina asturiana.Las riendas de la casa las lleva el chef Marcos Morán en tándem con su padre, Pedro, con quien ha alcanzado una simbiosis que repercute en el idóneo equilibrio entre vanguardia y tradición. Encontrará una carta de tinte moderno, donde hay un apartado dedicado a los platos de cuchara, así como dos apetecibles menús degustación en los que brillan la imprescindible Fabada de Prendes y la famosa Crema de arroz con leche requemada. ¿Curiosidades? El arraigo a esta tierra no ha limitado a Marcos Morán en su crecimiento, por eso también gestiona restaurantes de esencia hispana en Londres y Bruselas.