A tres kilómetros de Positano (aunque con servicio de lanzadera si lo solicita), a este restaurante no le faltan razones para ser uno de los más reconocidos de la zona. Marco clásico, gestión seria y familiar y cocina vista adornada con cerámica de la zona en tonos blanco y azul. Los platos oscilan entre la tradición local y una mayor creatividad: lo que no cambia es la atención a la materia prima.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN