Aquí, la cocina saca el mejor partido de los innegables tesoros del terruño catalán, variando libremente de una temporada a otra para que sea imposible cansarse... El marco por su parte, es de ensueño: el ventanal da a la terraza y, por detrás de esta, al puerto y el mar. Decididamente, este Cedro tiene más de un argumento a su favor.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN