Este bistró de atmósfera cálida e informal está siempre a rebosar. Su chef, un normando enamorado de los Alpilles, mimará su paladar con una cocina generosa y sin artificios: huevo con mayonesa, paté de campo, muslo de conejo confitado en aceite de oliva, pechuga de pato con polenta cremosa… Clientela habitual y terreno de petanca en el exterior.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN