Fragancias de tierra y de río se entrecruzan con los sabores de antaño y con la fantasía del chef para dar vida a imperecederas especialidades tradicionales como el mítico risotto (según la temporada) o la pechuga de pintada con mostaza. Un oasis en medio de la vegetación pegando a un puente y con un laguito iluminado.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN