Situado en una ajetreada esquina y con una fachada anodina, puede confundirse con la entrada de una modesta tienda. Es el mayor de un pujante grupo de establecimientos. Le llamarán de la barra para darle un plato de plástico, pero la carne asada con verduras y tortillas caseras que lo llenan son un auténtico trofeo. Un local limpio y espacioso, regentado por una familia, que abre durante todo el día, así que venga cuando le apetezca probar sus especialidades del día. Consulte las pizarras para ver las últimas novedades y siéntese luego en una de las escasas mesas con vistas a la parrilla. La cochinita pibil, carne de cerdo desmigada con achiote y frijoles negros es súper reconfortante, sobre todo si se acompaña de unas tortillas tostadas y calentitas.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN