Una estrella MICHELIN: una cocina de gran fineza. ¡Compensa pararse!
Productos de primera calidad, una evidente fineza en la elaboración, sabores marcados y una notable regularidad en la confección de los platos.
Esta pequeña estrella se enclava dentro del histórico hotel Normandie y está dirigida por el chef Gary Menes junto a su capacitado equipo. El nombre quiere decir “barra” en francés y describe literalmente el espacio, con capacidad sólo para diez comensales que se sientan frente a la cocina de acero inoxidable, y que cuenta con poco más de un botellero como única decoración. Dada la intimidad del espacio, el ambiente depende de los clientes, que pueden ser callados y contemplativos o mostrarse animados e interactivos. Comer aquí es una experiencia personal, enaltecida porque el chef cocina y emplata todo justo delante de usted. Sus platos son innovadores y están cuidadosamente elaborados. Centra su atención en las verduras —las proteínas tienen un papel secundario. Teniendo esto en cuenta, disfrute de una sabrosa velouté de zanahoria o de una calabaza curada, ambos tan monumentales como la ternera de pasto que los complementa. Muchos de los productos vienen a diario del huerto del chef en Long Beach. Un acompañamiento alucinante para esta comida es el pan de masa madre tostado en carmela –un entrante posiblemente más viejo que algunos de los comensales que hay en la sala.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN