Tiene un nombre que juega con la historia vitivinícola local, posee una estética minimalista y destaca por su personalidad, pues aquí la prioridad es ofrecer a los clientes sensaciones únicas y diferentes.El chef Israel Ramos defiende una gastronomía actual que nos hable de Andalucía y sobre todo de su Jerez, respetando los sabores con imaginación, finísimas texturas y delicadas presentaciones. No hay carta, pues prefiere expresarse a través de dos menús degustación (Arcilla y Caliza) en los que versiona, desde la modernidad, la esencia culinaria de su tierra. ¿Un plato que deja huella? El Buñuelo de ortiguillas con alioli de Manzanilla, que fusiona en la boca la mar, el vino y el alma de Cádiz. No lo dude y pida el maridaje, pues... ¡la brillante sumiller demuestra pasión por su trabajo!