El famoso sumiller Marcos Granda ha vuelto a apostar por su tierra a la hora de crear un proyecto que busca poner el servicio de sala y el quehacer en la cocina en igualdad de condiciones, pues ve el equilibrio entre ambas facetas como... ¡la mejor garantía del éxito!La elegante sala, vestida con materiales nobles, procura dar todo el protagonismo a la vistosa cocina central, donde el chef Marcos Mistry elabora los platos en directo ante los clientes (solo 12 comensales). ¿Y la propuesta? Una cocina actual, con buenas dosis de creatividad y coherencia, que exalta las magníficas materias primas asturianas para volver a lo esencial (Tartar de atún, pistacho y caviar; Tallarines de calamar a la brasa, consomé de jamón y su pan chino; Rubiel del cantábrico y beurre blanc de mejillones e hinojo...) y solo ve la luz a través de dos menús degustación, uno corto (este solo al mediodía) y otro largo. ¡Sirven numerosos aperitivos en la barra-recibidor y en el salón Chimeneas!