¿Por qué una manada de osos hambrientos elegiría este bistró y no otro? Muy sencillo, el ambiente rústico y alpino no puede ser más acogedor, y la cocina está pensada para todo buen omnívoro que se precie: huevos de campo con trufa negra, cardo, topinambo y vino generoso; filete de San Pedro pochado en aceite de oliva, alcachofa espinosa rellena y lentejas beluga… ¡Para rugir de placer!
- Los inspectores de la Guía MICHELIN