Los asiduos son siempre mayoría en este local. El sentido de la hospitalidad de Fred, la sabrosa y luminosa cocina mediterránea de David, su socio, y ese “no se sabe qué” marcan la diferencia. La mayoría de verduras y hierbas aromáticas que se sirven en el restaurante proceden del huerto de mil metros cuadrados del chef, el menú almuerzo tiene una excelente relación calidad/precio y la cocina es esmerada: una delicia.
- Los inspectores de la Guía MICHELIN