"No nos tomes tan en serio" es el ruego del joven chef propietario de este moderno y concurrido local de Chacarita. Su carta solo incluye siete platos, dos de los cuales son postres, por lo que basta con pedir unos cuantos y disfrutar de la cena en familia. Hay una exuberancia contagiosa en la cocina, con sabores -siempre atrevidos y francos- que pueden proceder de todas las partes del mundo. Por ejemplo, de Corea, donde el Tteokbokki es una de las opciones más populares, mientras que otro de los platos favoritos, el Pollo frito, se sirve con un surtido de guarniciones. La Torrija de brioche proporciona un delicioso final. La gran cocina abierta está junto al comedor de aspecto rústico que parece decorado y amueblado por una abuela con ayuda de su nieto. El ambiente es divertido y relajado. Como no se aceptan reservas... ¡hay que llegar mucho antes de las 8 de la tarde para asegurarse mesa!