Bilbao no es una plaza fácil para destacar en el mundo gastronómico; sin embargo, aquí es donde el chef Álvaro Garrido decidió templar sus armas, en un discreto local ubicado frente al mercado de La Ribera y a orillas de la ría. La casa, que debe su nombre al antiguo acceso minero que existió bajo el edificio, sorprende por su estética, con una delicada labor de interiorismo donde la cocina vista, la piedra y la madera (la barra es una única pieza de roble) conviven con los detalles de vanguardia.El chef, bien apoyado en la sala por su esposa, propone una cocina de autor con elementos de fusión y un único menú degustación (existe una opción reducida), no faltando en él algún que otro plato histórico de la casa. ¡Puede comer en la barra, viendo trabajar en directo a los cocineros!