Lo que uno menos se espera en un gran caserón con estas características, testigo en piedra del tránsito de peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela, es una cocina de autor digna de hacer un alto en el camino.Presenta un interior rústico-actual, distinguiendo entre el comedor del acceso, donde solo ofrecen un menú económico de tinte tradicional, la sala gastronómica del piso superior y un espacio (solo tres mesas) donde puede comer viendo a los cocineros trabajar. El chef David Yárnoz elabora una cocina sincera y creativa que cautiva tanto por su estética como por su sabor, exaltando siempre la excelencia de los productos navarros. ¿Qué encontrará? Un único menú sorpresa (Clásicos y Evolución) en el que conviven los grandes platos de la casa junto a sus más recientes creaciones.