Este acogedor restaurante, de línea contemporánea, ocupa una antigua tienda y destaca por ofrecernos un ambiente sumamente desenfadado, con la cocina abierta y rodeada por una barra. La carta, muy pensada para compartir, ofrece platos de fusión (Pollito celta al carbón, col china y aliño Genoveva, Tosta de millo y toro, Xurel, uva y gazpachuelo...) donde se combinan elaboraciones de gusto peruano y asiático, siempre en base al producto gallego de temporada. Hay varios platos que homenajean a la abuela y la tía del chef, pues... ¡son las mujeres que contagiaron a Andrés Medina su pasión por los fogones!