Se halla a las afueras de la localidad, en una casa de ambiente contemporáneo que ejerce también como hotel (solo dispone de cuatro coquetas habitaciones). El negocio está llevado por una pareja atenta a la par que profesional, con Tita pendiente de todo en la sala mientras Javier se ocupa de los fogones. Encontrarás una carta de cocina tradicional, con toques actuales, así como dos menús bajo reserva, uno corto para los almuerzos entre semana (excepto verano) y otro tipo degustación llamado As Catedrais (es un homenaje a la famosa playa natural, a poco más de 10 km).