Esta casa, próxima a Torrelavega, es toda una referencia de la gastronomía cántabra, hoy mostrada con orgullo y cariño por la chef-propietaria, María Juana Larín, que ha tomado con acierto las riendas del negocio familiar. El sencillo local, decorado con cuadros que pintó el propio fundador de la casa, presenta dos salas de correcto montaje, funcionando una de ellas como privado. ¿Su propuesta? Los platos cántabros de toda la vida, elaborados siempre en base a las mejores materias primas de la zona. Aquí todo está buenísimo, pero recomendamos que pruebe sus maravillosas Albóndigas de calamar.