Un negocio consolidado y con una historia tras de sí, pues está llevado por dos amigos, socios y cocineros (Ángel y Víctor) que llevan compartiendo su amor por la gastronomía desde que coincidieron en la escuela de hostelería de Pontevedra. El local, de estilo actual, se presenta con un gastrobar y un cuidado comedor que hoy luce con una atractiva cava de vinos acristalada. Aunque trabajan muy bien con el menú del día no descuidan para nada la carta, vinculada al producto gallego y propia de una cocina actual donde no falta algún guiño de fusión. ¡No está de más reservar antes de ir!