Un negocio más de la familia Idoate, que ha dado una vuelta de tuerca a la hostelería pamplonica al instalar esta divertida propuesta en la esquina de un céntrico mercado. El local, que disfruta de un acceso independiente y sorprende por su vanguardismo estético, presenta dos ambientes bien diferenciados: la moderna barra, donde ofrecen pinchos muy elaborados que intentan evolucionar la tradición vasca, y un comedor de mesas bajas (hay opción de carta y menú) destinado a degustar, ya sentado, una cocina tradicional con algún leve toque asiático (un plato tradicional que nos ha gustado es la Lubina a la plancha y crema de marisco). La luz que entra de la calle... ¡está tamizada por innumerables botellas de vino!