Ubicado en el icónico Castell Son Claret (una Llave MICHELIN), que disfruta de unos excelentes jardines y un interior de inusitada belleza; no en vano, si hace bueno, el servicio... ¡se hace en el romántico patio del hotel!El chef al frente, Jordi Cantó, nos propone una cocina creativa que reinterpreta el legado de la gastronomía mallorquina y ve la luz exclusivamente a través de un menú degustación llamado Viento y Memoria (existe una opción corta y otra larga). Con él, pone el foco en los diferentes vientos que llegan a Mallorca (Tramuntana, Gregal, Mitjorn, Ponent, Mistral...), presentándonos un recorrido lleno de matices y recuerdos de infancia por la gastronomía de la isla, pero dejando la puerta del sabor abierta a esas especias internacionales que son arrastradas hasta aquí por el viento. ¿Un consejo? Deja el coche en el aparcamiento de la entrada y accede andando por el jardín, pues... ¡es un paseo realmente maravilloso!