Este llamativo y acogedor local de la Roma presidido por su cocina abierta respira un encanto muy contemporáneo. La cordialidad de su personal es el complemento ideal para la cocina mexicana contemporánea de la chef Mariana Villegas Martínez, muy influida por sus viajes y sus experiencias y en la que todo, desde los productos de temporada hasta la armonía de sabores, habla de esmero. Lejos de ser llamativa, es sencilla pero impecable, con platos como la calabaza tatemada con salsa de piñones ahumados. El pollo, de piel crujiente, viene acompañado de melocotones asados y un surtido de setas, pero es el sabroso mole coloradito el que acaba de convertir el plato en memorable. Para cerrar, el tres leches con láminas de fruta es una auténtica delicia.