Se halla en un edificio independiente del Cap Vermell Grand Hotel y demuestra unas inequívocas ganas de comerse el mundo; no en vano, toma su nombre de un término latino que significa "devorar".En sus bellos comedores, con altísimos techos, descubrirá la filosofía culinaria del chef Álvaro Salazar, un hombre que asienta sus esfuerzos en una única idea: crear una "gastronomía sin ataduras, comprometida con el entorno y con las raíces mediterráneas". ¿Qué encontrará? Dos menús degustación de tinte moderno-creativo (Voro y Devoro) que sorprenden tanto por el detalle y la minuciosidad en las presentaciones como por el hecho de intentar narrar una historia en cada plato, con guiños a los logros profesionales del chef, a su Linares natal (Jaén), a la isla de Mallorca, al mar Mediterráneo... Los menús, que mezclan platos de temporada con otros ya icónicos de la casa, toman como referencia para su desarrollo tres etapas alusivas al sol (Albor, Zénit y Ocaso).