Los príncipes obispos vivieron en esta fortaleza entre 1253 y 1719. Ocupa una posición estratégica en la orilla izquierda del Meno. El castillo medieval fue transformado en 1600 en palacio renacentista. En el Furstenbaumuseum podemos ver los aposentos de los príncipes decorados con cuadros, tapices y muebles, así como bellos restos procedentes de edificios religiosos de la ciudad. En el patio rectangular se alzan la torre del homenaje circular del s. XIII, un pozo renacentista y la capilla redona de la Virgen.