La casa Vogelsberger, edificada en 1540, destaca por su profusa portada renacentista y su blasón pintado. Uno de sus dueños, Sébastien Vogelsberger, maestro de escuela convertido en jefe de mercenarios, fue decapitado en 1548 por orden de Carlos V por haber asistido a la coronación de Enrique II.