En 1818 los padres Provencher y Dumoulin de Quebec establecieron una misión católica a orillas del río Rojo. A estos le siguieron una serie de colonos canadienses franceses que, junto a los mestizos, mayoritamiente francófonos, fundaron la enérgica comunidad de Saint-Boniface. Aunque en 1972 se incorporó a la ciudad de Winnipeg, la parroquia conserva un marcado carácter francófono. En febrero, el "Festival du Voyageur" rememora los tiempos de los primeros comerciantes de pieles.