La opinión de la Guía Michelin
La medina de Túnez es bastante popular, ya que los ricos empezaron a abandonarla a finales del s. XIX para instalarse en la parte moderna. Para visitarla, lo mejor es perderse por el laberinto de sus callejuelas. Así irá descubriendo las plazoletas, las casas particulares y los palacios, que ofrecen un remanso de tranquilidad a las antípodas del ritmo desenfrenado que se vive en los barrios del zoco. En su centro se alza la Gran Mezquita, donde los viernes se concentra toda la vida local.