El yacimiento arqueológico de Calixtlahuaca se asienta sobre una colina que está siendo poco a poco invadida por los arrabales de Toluca. De este centro ceremonial de origen tolteca, y ocupado por los matlanzincas a partir del s. XIII, se desprende una extraña sensación de paz, sobre en su punto más alto, que nos permite apreciar un sector aún prácticamente virgen de la llanura de Toluca. En la plaza principal, frente a la gran pirámide, puede verse un altar cruciforme decorado con piedras cilíndricas y cráneos esculpidos.