Situadas en el interior de una reserva natural, estos "Colmillos de Elefante", su nombre en tailandés, se escalonan en siete alturas, abriéndose paso entre una amalgama de rocas ocres y parduzcas. Al llegar al tercer nivel, la cascada se separa en dos brazos (o "colmillos", de ahí su nombre), adaptándose a los caprichos del relieve, para terminar su recorrido en un amplio estanque de aguas frescas y cristalinas. Es un placer bañarse en esta piscina natural después del esfuerzo (tenga cuidado, las rocas son resbaladizas), pues los senderos que conducen a lo alto de las cascadas son bastante exigentes.