Concebida como "casa solar" por Raoul Moreau, tesorero de Enrique II, este palacio renacentista goza de una situación excepcional en lo alto de una colina, que le permite ejercer a la vez de instrumento solar. La salida y puesta de sol coinciden con el eje de la fachada durante los solsticios. Las visitas guiadas (solo a las partes que no se utilizan como vivienda) se hacen en traje de época.