La opinión de la Guía Michelin
Una muralla de gran tamaño protegía las construcciones monásticas de las incursiones beduinas, a veces tan feroces que el lugar se conocía como el «Monasterio de los Tigres». Fundado probablemente a finales del s. VI, el convento cuenta con dos iglesias curiosamente dispuestas: una dedicada a S. Pablo (cuya parte sur está excavada en la cueva del santo) y otra a S. Mercurio (situada sobre la cueva). En la torre (s. VI), que tiene un puente levadizo, hay una Capilla de la Virgen cubierta por una cúpula de madera.