Las ruinas de este priorato agustino fortificado se cuentan entre las más impresionantes de Irlanda. Están situadas a orillas del río Kings, en un entorno de ondulados prados donde pacen tranquilamente los rebaños de ovejas. Los primeros edificios, construidos en 1193, fueron quemados y saqueados un siglo más tarde y tuvieron que ser reconstruidos. Haga un alto en la margen derecha del Kings para disfrutar del paisaje. El molino restaurado que hay cerca del puente alberga hoy el centro de visitantes.