Los bajos de algunas de las venerables casas medievales con entramado de madera y cubiertas de tejas que se asoman a las estrechas y empinadas calles del casco antiguo están ocupados por tiendas de artistas (pintores, grabadores, ceramistas...). Casi todos los edificios han sido restaurados por ilustres pintores y artesanos que sucumbieron a los encantos de Saint-Cirq y el valle del Lot. Podemos citar por ejemplo al fotógrafo Man Ray, al poeta surrealista André Breton y a los pintores Henri Martin, Foujita y Pierrra Daura.