Muy apartada de los circuitos turísticos, Namakwaland, con su capital Springbok, constituye una de las regiones menos conocidas del país. Los extensos paisajes lunares que con los primeros rayos de la primavera (mediados de agosto) se cubren de millones de flores multicolores, la costa diamantífera frecuentada por traficantes con pintas de gángsteres y el legado histórico de los misioneros católicos franceses del s. XIX merecen toda la atención del viajero.