El monasterio de San Juan el Teólogo domina con sus recias murallas la ciudad blanca, la isla de Patmos y el archipiélago circundante. Se accede por una estrecha puerta del s. XII coronada con una espadaña. Empedrada con guijarros negros, el patio central forma una estrecha plaza en cuyo flanco izquierdo se alzan las elegantes arquerías de los soportales de la iglesia, decoradas con frescos de los ss. XVII y XIX. La iglesia (katholikon) es la parte más antigua del monasterio. El museo merece una visita.