Las exposiciones del centro de recepción, situado en el estuario del Indian River, dan fe del choque cultural que supuso la llegada de los europeos al Nuevo Mundo. Muy cerca de aquí, Forsyth recuerda la batalla de Sitka, en 1804. Una carretera forestal de 1,5 km atraviesa el claro del bosque donde se levantaba el fuerte Tlingit. Tras aguantar 6 días de bombardeos rusos, los indios se eclipsaron discretamente. Cuando los rusos entraron en el fuerte, todo lo que oyeron fue el lúgubre graznido de los cuervos.