Este teatro del s. V a.C. es uno de los más grandes monumentos de la Antigüedad, y fue cavado en la roca aprovechando la pendiente natural de la colina Temenita. Inaugurado con los Persas de Esquilo (aparentemente), habría sido edificado por un tal Darmocope, llamado Mirilla. Transformado por Hierón II, fue posteriormente adaptado por los romanos para realizar combates de gladiadores, y después por los españoles, que establecieron allí molinos de agua.